¿Cómo se le conoce a la ciudad de Luque?

Si le preguntas a alguien en Paraguay por Luque, es probable que no te respondan con su nombre oficial.
16. November 2025 durch
Civis Post

Te responderán con un apodo. "Ah, la República de Luque", dirán algunos con una sonrisa cómplice. "La Ciudad de la Música", dirán otros con admiración. "La Tercera Capital", apuntará algún aficionado a la historia.

Luque es una ciudad de muchas identidades, todas ganadas a pulso, ninguna regalada. Estos nombres no son eslóganes de marketing inventados por una agencia de turismo; son títulos forjados en el calor de la historia, en el sudor de los talleres de artesanos y en el fervor de las gradas de un estadio. Para entender realmente a Luque, no basta con saber su nombre. Tienes que conocer sus apodos.

Los Rostros de una República: ¿Cómo se le Conoce a la Ciudad de Luque?

Más que cualquier otra ciudad paraguaya, Luque ha cultivado una serie de seudónimos que la definen. Cada uno es una capa de su compleja identidad, y juntos, pintan el retrato de un lugar único.

1. La "Ciudad de la Música"

Este es quizás su título más poético y universal. Luque no es solo una ciudad con música; es una ciudad de música. El sonido está tejido en su ADN. Pero, ¿por qué?

No es una casualidad. Luque es la cuna de algunos de los intérpretes y fabricantes de instrumentos más legendarios del país. La lutería, el arte de fabricar instrumentos de cuerda, es una tradición aquí. Los talleres de Luque son famosos por producir arpas paraguayas de sonido cristalino y guitarras clásicas de maderas nobles. Familias enteras han dedicado generaciones a este oficio, convirtiendo la madera en sonido.

Y del instrumento nace el intérprete. Luque ha dado al mundo a verdaderos gigantes del arpa paraguaya, como el inmortal Digno García, quien llevó la música paraguaya a escenarios de Europa y el mundo, convirtiéndose en una leyenda.

Pero la música en Luque no es solo folclore de exportación. Es, sobre todo, popular. Es la cuna de las "Bandas Paggés" (a veces escrito "Pagés"), esas bandas de músicos populares, a menudo empíricos pero con un talento descomunal, que son el alma de cualquier fiesta, patronal o evento social. Una banda de Luque es garantía de alegría y buen repertorio. La música aquí es un oficio, pero también es una forma de vida.

2. La "Ciudad de las Joyas"

Si "Ciudad de la Música" apela al oído, "Ciudad de las Joyas" apela a la vista. Este apodo es el hermano gemelo del anterior y se refiere a la otra gran artesanía luqueña: la filigrana.

Pasear por el centro de Luque, especialmente en las calles aledañas a la iglesia principal, es asomarse a un mundo de una delicadeza asombrosa. Los maestros artesanos de Luque practican este arte de origen árabe, que consiste en tejer a mano finísimos hilos de oro y plata. No es orfebrería común; es "encaje de metal".

Crean piezas que parecen imposibles: aros de diseño floral (como el "aro carretón"), collares, pulseras, rosarios e incluso objetos decorativos que son auténticas obras de arte. Ver a un maestro filigranero en su taller, con herramientas que parecen de un cirujano, soldando hilos más finos que un cabello, es presenciar un acto de paciencia y precisión que se ha transmitido de generación en generación. Estas joyas no son un souvenir; son un pedazo de la identidad luqueña, un brillo que le ha dado fama internacional.

3. La "República de Luque"

Este es, sin duda, el apodo más poderoso, el que define el carácter de su gente. Y no es oficial. Es un título autoproclamado y defendido con un orgullo que roza la soberanía.

¿De dónde viene "República de Luque"? Nace de ese sentido de pertenencia tan fuerte que los luqueños sienten que su ciudad es una entidad aparte. No son un suburbio de Asunción; son Luque. Es una actitud, una declaración de independencia espiritual.

Este sentimiento se cristaliza y se magnifica en una sola institución: el Club Sportivo Luqueño.

El club de fútbol no es solo un equipo; es la encarnación de la ciudad. El fervor que genera es difícil de explicar a quien no lo ha vivido. Y de este fervor nace el famoso grito de guerra: "Kure Luque". Como mencionamos antes, este apodo (que significa "Chancho de Luque") nació como un insulto de los rivales y fue adoptado por la hinchada luqueña como su máximo símbolo de identidad y rebeldía.

Ser de la "República de Luque" es ser parte de esa marea "azul y oro", es sentir el "Kure Luque" como un grito de pertenencia y es caminar con la frente en alta sabiendo que, sin importar qué pase en el resto del país, Luque tiene sus propias leyes de pasión y orgullo.

4. "La Tercera Capital de la República"

A diferencia del anterior, este apodo no es una metáfora; es un hecho histórico. Y es, quizás, el más solemne de todos. Luque fue, literalmente, la tercera capital de la República del Paraguay durante el período más oscuro y heroico de su historia: la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870).

A medida que la guerra avanzaba y las fuerzas aliadas (Brasil, Argentina y Uruguay) penetraban en el territorio paraguayo, la situación se volvió insostenible en Asunción. En febrero de 1868, el Mariscal Francisco Solano López ordenó la evacuación de la capital.

El gobierno, con sus ministerios, archivos y el tesoro nacional, se trasladó a Luque.

La ciudad, tranquila y conocida por sus naranjales, se convirtió de la noche a la mañana en el centro neurálgico de un país en guerra. Las principales casonas de la ciudad se transformaron en sedes de gobierno. La Iglesia Virgen del Rosario se convirtió en un punto de reunión vital. Durante casi diez meses, Luque fue la capital del Paraguay, el símbolo de la resistencia.

Fue desde Luque que se administró la guerra, hasta que la inminente llegada del enemigo obligó a una nueva retirada, esta vez hacia Piribebuy (que se convertiría en la cuarta capital). Este hecho histórico marcó a la ciudad para siempre, otorgándole un lugar de honor en la historia nacional que ninguna otra ciudad (aparte de Asunción y Piribebuy) puede reclamar.

5. "La Ciudad Azul y Oro"

Finalmente, tenemos el apodo más popular, el más visual: "La Ciudad Azul y Oro". Este es un claro derivado del fervor por el Sportivo Luqueño.

Los colores del club han trascendido por completo las gradas del estadio Feliciano Cáceres. Han colonizado la ciudad. Verás los colores azul y amarillo (oro) pintados en las murallas, en los cordones de las veredas, en los carteles de los negocios, en las banderas que cuelgan de las casas y hasta en los taxis.

Es un fenómeno de identidad visual. Usar el "azul y oro" en Luque no significa necesariamente que estés yendo a un partido; significa que eres parte de la ciudad. Es una declaración visual de pertenencia. Cuando una ciudad adopta los colores de su equipo de fútbol como propios, sabes que la conexión entre ambos es indivisible. Es la piel de la "República de Luque".

Aseveraciones Finales

Luque es música y joyas. Es historia de guerra y resistencia. Es fútbol, pasión y orgullo republicano.

Estos no son solo apodos. Son las múltiples almas de una ciudad que se niega a ser definida por una sola cosa. Es un lugar donde el delicado arte de la filigrana convive con el grito apasionado del "Kure Luque", y donde la historia solemne de una capital de guerra sirve de cimiento para el crecimiento moderno.

Pocas ciudades logran tener una identidad tan rica y multifacética. Luque no solo lo logra, sino que la celebra a diario en sus calles, en sus talleres y en su gente.

Después de conocer sus nombres, ¿no te parece que "Luque" es mucho más que un nombre, y que "República" es el título que mejor le queda?


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